El águila imperial es de aspecto y proporciones similares al águila real de Eurasia y Norteamérica, pero de tamaño un poco más modesto. Tiene una longitud de 80 centímetros del pico a la punta de la cola y 2 metros de envergadura alar. Los machos pesan poco más de 2'5 kilos, mientras que las hembras, notablemente más grandes, pueden llegar a los 4'5 kilos de peso. Aparte de las diferencias de tamaño, ambos sexos no presentan diferencias apreciables.
El plumaje es marrón oscuro en todo el cuerpo salvo en los hombros, tocados con un característico color blanco, en la punta de la cola (negra con una fina banda blanca en su extremo) y en la nuca, que es parda clara o dorada. Al igual que el águila real, las águilas imperiales son águilas calzadas, pues las patas están recubiertas de plumas en toda su superficie salvo en los fuertes pies, de piel escamosa y grandes garras ganchudas.
En Asia Central, su presa más habitual es el gófer o suslik, un roedor cavador ciego y desnudo. También caza con frecuencia otros roedores, mustélidos (algunos tan grandes como la marta), zorros y diversas aves. Las águilas imperiales viven en zonas de pradera salpicadas de árboles, sin llegar a adentrarse en bosques densos ni praderas.
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